sábado, 3 de febrero de 2007

Memoria


Para nadie que me conozca es un misterio mi pésima memoria. Mucho menos para mí, que he quedado asombrado de los alcances de esta falencia. Fue hace dos semanas, que iba en un taxi con el viejo de regreso acá a la casa, veníamos de donde mi prima Rossana, cuando de repente, me doy cuenta en mitad de camino que era el mismo taxista que nos había traído el día anterior, sin embargo, para mí no era el día anterior, sino 'días pasados', o como uno comúnmente responde para designar un tiempo cualquiera: 'aquél día' Entre el conductor y mi papá rearmaron la cronología de varias acciones que había realizado el día anterior, con otros acontecimientos, a medida que yo les hacía preguntas que me sirvieran de pistas para recrear mi regla del tiempo transcurrido. Al final, un mínimo recuerdo, una diminuta pieza como el cordón de uno de mis zapatos, que se había enredado con la puerta y el perro, fue lo que me hizo completar ese rompecabezas de recuerditos por aquí y por allá. Y pensar que algo tan insignificante terminaría siendo útil. Precisamente ahí es donde a veces pienso que está el meollo del cuento: en la valoración de los sucesos, y creo que es el eje central de este escrito.

Hoy en día, muchas cosas han cambiado de cómo las hemos venido conociendo, de momentos pienso que se ha derrumbado un tradicionalismo heredado de la Edad Media y otras épocas anteriores. Un tipito ahí decía que la única diferencia entre la Edad Moderna y la Media eran las revoluciones industriales, y que el resto, se daba a causa de ésto; en el caso de la Moderna y la Contemporánea ocurre algo similar y las potencias dejan de llamarse imperios para quedarse con el resto de su denominación. Para mí ésto es algo un poco radical, porque si bien las revoluciones industriales es la expresión más notable por, obviamente, ser lo más tangible, las otras revoluciones y cambios fueron más influyentes. Es como si por éstos días todo se hubiera tergiversado no sé hacia dónde, probablemente hacia lo que por éstos días significa "memorable" (más adelante) y cuasi-inmutable, y si es de admirar lo que llamo cuasi-inmutable, sería para admirar precisamente sus propiedades de mutabilidad. [Es un viaje esa vaina. Estoy aquí sentado con una pata sobre la silla, recostado, mirando las cosas del cuarto y escribiendo así como ideas al azar salchichón, ideas que intento articular, son viejas de estar jodiendo en mi espacio craneal, pero ajá, sigamoe en el viaje.] ¿En qué estábamos? Nojoda, me toca mirar arriba, eso es lo malo de darse pequeños brakes y dejar volar un poco la imaginación para más allá de la especulación. Te decía que, nojoda, voy a meter ese parrafito en unas llaves, me tienen azarao. Listo, ahora sí podrás concentrarte más en seguir el hilo de este carruso. Te decía que en éstos días todo cambia más rápido que antes, y nos damos cuenta cada vez más que la convencionalidad de los conceptos, es decir, el modo de hacer las vainas, se vuelve más plural. Cosmovisiones, creencias, todos esos elementos típicos de la expresión humana queda en un lugar sin representación. Al final llegamos a lo mismo: a la conclusión de que no hay verdades absolutas en este planeta respecto a las creencias, formas de vivir la vida, y otros tópicos. Gracias a la globalización nos damos cuenta de eso, el otro yo, los otros yo y sus vidas. Siendo "primates dominantes" y autoconsiderados en la cima de la evolución, no era de extrañarse apariciones de xenófobos, chauvinistas, etnocentristas, regionalistas, bla, bla, bla, bla, de eso en especial hablaré otro día, pero no parece más que en el fondo que miedo a lo desconocido, temor, y complejos de superioridad, omnipotencia, etc. Quién sea superior o mejor que quién, es de lo que hablaré otro día, pero son criterios que no me gustan usar, y que otro día (más lejano que el primero) intentaré explicar según mis creencias y otros pensamientos, ya sabes, bla, bla, bla. Lo que sí es cierto es lo influente que pueda ser una cultura sobre la otra, otra es el intento (o el hecho) de dominación (implícita o explícitamente, abiertamente o no...) de una sobre la otra, aunque, entre otras paradojas, también vemos el deseo de igualación vía emulación de una por la otra, probablemente atraída por el éxito de su homóloga y quizá por la falta de autoreconocimiento, valoración y aceptación por los individuos que la componen.

En fin, sea lo que sea, no soy psicológo ni sociólogo, son sólo un poco de disertaciones ahí que realizo a toda hora y en cualquier momento, sin embargo no son las únicas, pero sí me ayudan a lo que quiero llegar.

Fíjate un poco en los tiempos de hoy, porque no voy a hablar de eso ahora, eche, no quiero extenderme más (ya casi están listos los espaguetis), bien, quiero que te des cuenta por lo menos en las vías, las de más uso y tránsito, digamos las que están de moda, ajá, sí, porque uno no sabe, quizá en un par de años sean otras, bueno, si pasas hoy por ahí notarás que es diferente a cómo estaba la vez anterior que pasaste y será diferente la próxima, no importa cuántos segundos transcurran; una construcción, mantenimiento, publicidad, etc. algo hay que varía el cuadro anterior que te figuraste la vez pasada ¿si pillas? La utilidad de nuestra memoria en este caso es casi que nula; guardamos información la mayoría de las veces para que nos sea útil en una situación determinada, el mapa que nos dice que después de la calle tal viene una transversal tal, la longitud de la avenida, y bueno, también el local de puertas amarillas, la acacia de la esquina, y así, guías que facilitan nuestros objetivos. Siendo ésto almacenamiento de la información y para no enfrascarnos con ese ejemplo y que pienses que hablo espexíficamente de la memoria como herramienta en la ubicación espacial, también te recuerdo otro tipo de información: las modas y promociones ¿quién se acuerda de la promoción de pescao ayer en el mercao? ¿Quién se acuerda de la moda de las visceras hacia arriba? Nadie, a menos que tengan una temporalidad regularmente extensa, y/o que tengan bastante acogida popular. Ásí también otros datos: hoy las noticias te pueden decir una cosa, ayer te dijeron otras y mañana te meterán otra. Hoy manda Bush, mañana Ing Ho, pasado Chirac... Tiene que ver con las culturas y las sociedades que hablaba allá arriba, pero hoy nos parece que tenemos que encaminarnos hacia otros horizontes, todo ha cambiado abruptamente (su misma velocidad de cambio) y seguirá así, cambiando día tras días cada vez más rápido o no, pero todo parece a que será hacia la última. Todo ha sido y es tan rápido que ni nos damos cuenta, no hay tiempo para nada, ni siquiera para guardar o retener momentos porque todos hacen parte del movimiento que llevará a un fin. Es como me decía un samario "la gracia no es que tú llegues, porque tú llegas y ya, no pasa nada, llegaste y te toca devolvete, la gracia es gozate el viaje, el trayecto, el recorrío'", con esas palabras se puede resumir todo, aún así, seré más explícito (...). Estar constantemente en movimiento, de una forma casi que mecánica, algo tan funcional, ¿para qué?, ¿cuál es el objetivo?, ¿qué es? Teniendo en cuenta el consumismo que hoy día nos conduce, no es sino plata y goce, un goce placentero que es obtenido a través de medios materiales, consumo hey, consumo, no es más que eso, fiestas (ron, ropa, música, y demás = $), posición socioeconómica ($), una imagen que debes tener y proyectar ($), unos cuantos valores de la larga lista que en ésta época coordina nuestro ser, los demás también están llenos de superficialidades que no las entiendo ¿qué pasa cuando las relaciones´van más allá que de la superfcialidad y apariencia (ajá, la hipocrecía)? Hay un desencanto casi siempre, o no hay entendimiento, desilución y tal. Olvidarnos de todo y concentrarnos en el otro todo es una inversión de papeles; dejas de considerar al otro como una persona para verlo como un medio, el resto es protocolario; le sonríes, le haces mala cara, etc. Lo que importa es que llegues a donde se concentra la mayoría de la población occidental: a esos imaginarios, tú sabes, posición (o sea, ser alguien, luego entonces, no tienes posición y no eres alguien, o sea, no existes, tu vida no tiene valor), lujos, o una casa sencilla, el amor de tu vida, poder, ser querido y respetado por todos, etc., repito que la lista es larga y tú lo sabes bien.
La costumbre de subvalorar los eventos que presenciamos hoy en día por su poca utilidad en el mañana, parece ser parte de todos nuestros momentos, como un estilo de vida, una forma de vivir la vida, esto es tan cotidiano que nos puede llegar a distinguir como parte ya de nuestra personalidad, es tan jodida la vaina que sin darnos cuenta tomamos esta medida y luego ya simplemente actuamos memorizando lo que muchas veces ni deseamos pero "necesitamos", llega a ser algo de lo que no somos conscientes, y a veces estamos tan enamorados de las materialidades de esos ideales populares que al detenernos por un momento ahí, ni siquiera nos importa. Descaradamente no nos importa, ni porque estén en relación con personas que con el tiempo vas conociendo menos, pero no obstante, están con el rótulo de "cercanas". Ya quién sabe de qué, tendrías que vivir geográficamente cerca a ellas.

Archivamos entonces, bajo éstos estatutos, información que nos hará llegar a eso que sale en las películas, y a eso mismo que también la gente considera inalcanzable, pero que es sinónimo de tranquilidad y comodidad, y por qué no, felicidad: el tesoro que todos buscan.

Por otro lado, archivamos también información que no nos es realmente útil, dado el caso que lo fuera, estaría ligada con la evocación de sentimientos. La máquina biológica puede sentir, oooh. aaaah, pero el almacenamiento de éstos tipos de datos es usualmente más accidental, debido a aquella cuestión de la privatización de la vida que hace a la memoria una zona cerebral menos accesible a los demás, igual, que tengan menos cabida en ella. Esperemos que con la nueva epidema social del siglo veintiuno: la soledad, la gente reconsidere a la gente. Gracias privatización de la vida, salvarás el día en 10 años.

Después de haberme tragado más o menos 1/4 de kilogramo en espaguetis con un poco de vainas que vi en la nevera y en la despensa, puedo decir que yo no me escapo de esas personas que se les vuelve o se le está volviendo más que una costumbre el olvido. En gran parte, esa constituye una de las razones fundamentales de este blog: recordar.

Ejercitar mi memoria corrupta de esa nueva ola de mierda, según lo que he leído, hará que mi mente se mantenga más fresca y activa. Y bueno, eso espero hijueputa, porque quiero acordarme a los 90 años (si es que llego) de cuándo nos pasó la de Porky's sin tener que remitirme a esta vaina (si es que existirá) para recordar esa cagá. De todas maneras, no iba a escribir un diario, un blog puede ser más entretenido por lo que sirve en el ejercicio de la redacción, con los comentarios, puedo tener una idea externa.

Descarto que mi mala memoria sea, por cosecuente, algún pruducto de deficiencia cerebral. Aunque bueno, uno no sabe...

Poseidón, Changó, Buda, Alá, Yahvé, Vishnu, Zeus, yo, Shiva, y los demás quieran que no se vuelvan a repetir (menos que les pasen a uds) incidentes conversacionales como estos:

*
Alguien determinado: Ajá, ¿cómo estás? Rato sin verte.
yo: Ehm... Sí, todo bien, rato sin vedte también, Rosa (en mala hora se me da por decir nombres). ¿Cómo tú estás?
Alguien determinado: Todo bien, pero, ¿cuál Rosa? Yo no soy Rosa, ya estás hablando locuras de nuevo.
yo: Hey, disculpa Mary, es que me enredo.
Alguien determinado: Nojoda, qué María ni qué na, estás fumao, no te acueddas ni cómo me llamo.
yo: Nombe nada, no digas eso, Carmen
Alguien determinado: Daaa, otra más y no me digas más na. Soy Luisa** ¡eche!
yo: Claro que sé quién eres, eche, ¿tú eres marica? Te estaba mamando gallo, nojoda, Luisa, me extraña.
Alguien determinado: Más te vale, porque ya me iba a ir, ¿qué tal si no te saludara todos los días ah?
yo: Nojoda sí, es que en esa clase no conozco a nadie, pero ajá, tú sabes que yo salúo a todo el mundo que me salude, porque a veces no me acueddo y paso tronco de penas, en las calles también es lo mismo, gente que se acuerda de mí y yo nada, quisiera acoddame de toos.
Alguien determinado: Ay, ¡idiota! Justo como ahora, porque yo ni siquiera doy clases contigo
.

------------------------------------------------------------
* Basado en hechos de la vida real
** Los nombres han sido cambiados y puestos de manera aleatoria para evitar líos. Cualquier coincidencia con los nombres y la situación, créeme que no eres tú, es sólo un ejemplo de los tantos sucedidos con diversas personas.

1 comentario:

luna^^ dijo...

porque no has seguido con este blog? se que las cosas en la vida pueden ser pesadas pero yo tenia uno, lo borre por cuestiones de no tener computador, jeje pero sino lo tendria activo! ademas de que yo no era tan interezante como tu pareces serlo, eres un buen escritor, ah, ve, esta historia me recordó a mi, la cosa es que yo no soy olvidadiza pero si se me olvidan las cosas muy rapido, mas cuando las escucho peroo les presto atencion, pero tengo recuerdos claros y vividos de mi infancia, incluso cuando tenia 2 años y era toda una beba! es una cosa curiosa la memoria no?

bueno oye sigue con el blog!!! no desaprobeche el don de la escritura que tienes ;)