jueves, 20 de diciembre de 2007

Degenere Filosófico

Algo escrito de uno de mis amigos más cercanos, William Alvarez, que un día aburrido, hizo esto, viendo que le había gustado su creación, me dijo "copia y pega en tu blog":


Manifiesto del Degenere

En el presente ensayo no tengo ninguna intención de concebir algo respecto a la sanidad, es decir, el arte de ser sano y puro. La sanidad se a tornado como el arte cotidiano de vivir, sumido, en el pequeño mundo, en la dimensión estética de una vida que solamente se concibe en una dirección , la dirección del bien, pero, cuando el ser, el sujeto, los instintos, están encaminados en la vía contraria a la sanidad, por lo tanto, y, se da una negativa a esa vía directo a la sanidad, me pregunto ¿ no se estaría guiando negativamente y trasformando el orden natural de una dinámica supuestamente dedicada al abuso y descontrol de todos los patrones normales? La respuesta no resulta pues, algo que responda todos los interrogativos del caso, si bien, Parmenides se refiere al peso, como lo negativo y a la levedad, como lo positivo. En este caso para unos, el bien puede ser su virtud, cosa que no le discuto y además, la vida puede ser para ellos la línea a seguir encontrando todo lo contrario en la vía negativa, lo no deseado y pensable.
Para otros, lo negativo deja de ser un tabú, convirtiéndose en ese modelo de vida inmoral, restringido por la moral ortodoxa pusilánime de restringir al cuerpo todos los desechos sociales inmorales posible; el cuerpo debe en su fin, saciar todos los apetitos intrínsecos que éste corresponde en su afán de encontrar la armonía con la naturaleza y los estados mentales. No pretendo exponer una filosofía del degenere y la corrupción espiritual, no es mi motivo, no lo busco, no obstante, los modelos sociales actuales de comportamiento entre mas restrinjan los placeres que el cuerpo requiere, afirmo; no todos los placeres presentes son, los alicientes del gusto. De esos placeres que hablo redundan, en los creados artificialmente por la sociedad. Mi intensión es devolver al cuerpo su principal papel, la sublimación energética para que este libere a la mente y vivan los dos unidos con lo real, formando de esta manera la trípode armónica de la paz y convivencia.